Nubes
vestidas de sol
Y esas manos
algodonadas que aparecen en el cielo, son caricias perdidas en el basto ayer,
piel suave, dibujándose sin apuro, dejan pasar la ternura de los rayos del sol
en el amanecer, tersura de pétalos del hacedor, unción de nubes, viento,
movimiento, lejanía, acercamiento, sol
que despiertas para ser testigo de este momento fecundo y esas piernas de danzarina
continúa su baile y se vuelve en el horizonte una diosa de brazos largos, que
protege, que acuna las más bellas sensaciones…Yo árbol olvidado, perenne, desnudo
sin su alimentadora llovizna quedó me sin su arrobo materno, no me queda más
que entregarme al idilio de la noche, me deja ciega, a tientas, sin poder seguir el rastro espiritual de su
vestido largo.
Patricia
Araya
@22022015-5741-08071953
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