Viaje a Colonia de Sacramento, Uruguay.
Mi perfil de ayer va transformándose de gris oscuro a un rostro de color futurista iridiscente, atrás los ayeres van quedando en el olvido. Mi fisonomía va tatuada de libertad inaudita, me acepto en complacencia, como quien contempla un afiche de cartelera de un gran celuloide-
Voy terraceando mi vida, y sin planear llego al río de los pájaros, país de los caracoles de agua, y un sol flameando en el cielo entre lineas celestes, y me atrapa su tranquilidad, cordialidad y calles de arboladas antiguas y adoquines relucientes.
Estoy en ese espacio libre albedrío, me dejo llevar, moviéndome al ritmo del universo compasivo y preocupado por mi.
Viajera en primera clase, como si fuera premio a mi sacrificio de años viviendo para los demás.
Sobre mi aura una inmensa esfera azul incitadora a la fantasía y creación, me azula con su luz dándole brillo mi nuevo diario vivir. Miro, observo, reacciono y aprendo.
Algo loco esta sucediendo en mis días, voy entrando en una dimensión desconocida, y en un cine me saco una fotografía en un viejo afiche de Coca Cola y a pesar de su usual oscuridad del recinto, los rojos de mi existencia sobresalen y se mezclan con los amarillos que circundan el porvenir.
Para los demás tal vez no se vea nítido el espectro, y luzca que estoy construyendo mi vida sobre una aspillera derruida, «but the war is over» y la paz se construye dentro de una arquitectura vanguardista después de haber estado en una vieja casona casi al punto de demolición, las ventanas se abren y la luz vuelve a entrar para dar vida a la nueva sede, con una mirada fresca, aprovechando como un joven en el vértigo del día a día cotidiano.
Terraceando van mis pasos, nuevos paisajes emergen en forma inesperada e imprevista
Hay momentos por vivir, la imaginación da vuelta la esquina y se pierde en el horizonte-
@Patricia Araya
4112016-5741-08071953
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