Universo,
espiral en la rueda de la existencia cósmica, factral jugando como un niño que
salta y no para, con energía inagotable, árbol madre ramificado de estrellas y
galaxias, ocupada en su propio mundo, en vertiginosa locura, sin límites ni
contención.
Universo abuela
marina de una enorme belleza, en una sopa primigenia, gravitando a través de
los tiempos, manta cobijadora, abuela maternal lumínica, espiritual majestuosa,
alimenticia de amor, abraza con vehemencia casi causando dolor, besa con ternura
y se va alejando, pero su velo amoroso perdura en el tiempo, sin reparos,
ni angustia, no se olvida, porque en ella se fecundó la raíz de los
tiempos.
Universo abuelo
silencioso, sigiloso, ser distante hasta el infinito, lleno de recuerdos y
nostalgias, mente discreta, fronteriza con la eternidad, cabellos
canosos en el amanecer, anaranjados al medio día, y azabache en el atardecer, tercer
ojo de un verde profundo, perfil de anochecer, piernas en lontananzas,
cintura contorneada de inmensidad, manos extramuros abrazando a todos sus planetas, como es allá es aquí, todo contenido por anillos úricos, como un
ángel con su cayado en su mano izquierda y con el dedo índice de su mano
derecha, indicando donde está el universo y en qué lugar encontrar sus islas
perdidas y todos los ecos de su voz en el tiempo.
Universo dragón de
paralaje distante, siempre separado, destellando fuego, incandescente en su
profundidad cavernosa, rugosa, casi pavoroso en sus oquedades inconmensurables,
es tan oscuro que la luz entra, pero no puede escapar, toda energía luminosa es tragada por este monstruo
ansioso e impaciente, por eso su identidad es negra, en que ni tan solo los
neutrones pueden soportar la gravedad rabiosa que lo sustenta, es tanta su agresividad
que colapsa, y huye despavorido por la clarividencia de la abuela de sus hijos.
La luz se apaga y se vuelve negro todo su alrededor.
Hay vía de
sucesión de luceros, aletargados en su crecimiento, pero mil veces más
brillante que el señor de la oscuridad, se queda en la órbita piramidal, ser en
ebullición pacifica, más bien su tarea es lumínica, donde gira y va, hay
armonía, donde duerme sueña que tiene sueños lucidos, su estado se compone de
tres estrellas en una; su brillo es tan vital como el sol nuestro aquí en la
Tierra. Su aura lumínica es de color sanador, entre blanco azulado y anaranjado
rojizo. Su paciencia es plácida, y por naturaleza posee sabiduría sabia, además
posee un equilibrio cósmico, es una narrativa ciertamente atractiva y
poderosamente intuitiva y ejerce atracción por sus inmensidades.
Ésta estrella va
de la mano de una dulcinea cósmica, ella fecundada por el ingenioso creador,
dama virtuosa, sin par, sin igual, armoniosa cohesión, seductora
rareza, coincidencia, sincronía dulce, amigos de la Enana del
Escultor, vecinos de Andrómeda y de la Osa Menor, voces cantoras siderales,
musical de ternura de las Náyades y las Nereidas, de espectacular belleza,
remolino de lagunas y ríos espaciales, energía suave, risueña, risotada en
fortaleza infantil, enmarañada en felicidad y simetría, ímpetu de ayeres, de
recuerdos vividos en unión, divinidades en el hoy, dos nebulosas tardías, alejadas
por un tiempo, pero unidas por su inmenso amor filial, mensajeras
indescifrables, ella mitad mujer y mitad pez, él mitad centauro y hombre, ellos
dos en el medio de la nada y el todo. El amor girando en sus raudales.
Espacio orbital,
palmo desconocido, verdad incrédula, impresionante albor de los sentidos,
delirio, ilusión del tiempo, maquillaje de tez eterna, azul mirar, negras
pupilas, blanco aliento, de pensamientos boreales, dorada y plateada su alma.
Padre de todos
los soles, e hijos descendientes, girando, sacando su lengua malabarista de
fuego, en un vientre bastedad, relámpago, destello, escritura de expresión sin
barraras, enigma conciliador, misterio de los misterios, adivinanza
locuaz, unción de tiempo y masa, misticismo de los tiempos, música que se canta
y se toca con violines de luz, pianos de oscuridad, corazón laúd en reverencia
expandiéndose, en esta curvatura y partitura musical, cada nota tiene su
historia detrás, formando un ambiente de espiritualidad, un viaje que hará cada ser, yendóse inmerso en este espacio
inconmensurable.
El ser, el yo
soy siendo atravesados por ésta energía ilimitada, dando por entendido su
única y maravillosa vitalidad, compenetrados con su dios interior, viajero
luminoso en éste inmenso alud de paz y amor.
Patricia Araya
22092014
5741-08-07-53
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