Viaje espiritual
Amanezco contemplando la
montaña blanca y en la cima de esta tierra rica en experiencias sensoriales,
medito y busco ese color dorado tranquilizador para conectarme contigo, ahí
donde la luz comienza aparecer en el horizonte, con ese color naranja
abrazador.
Cierro los ojos y estoy contigo, como antes, como siempre, me
dejo dibujar una figura de mujer, en el contraste de tu luz radiante, luz amante de la paz y dejo la niña que fui,
aspirando tu deliciosa calidez, el ayer mutado al hoy, en mi corazón un mantra de
sonido suave se escucha a lo lejos, observo
su diseño colorido y en movimiento, devolviéndome
la energía perdida.
Busco el tiempo, espacio, el momento y espero en un jardín
zen, yo en el centro, toda rodeada de luz, inhalo, exhalo, dejo que mis
pensamientos me transporte hacia ti, donde pertenezco, me dejo envolver por ese
bosque verde esmeralda que tienes guardado para mí; y continúo en este trance,
donde los árboles, sus troncos, ramas y hojas son de este color verde intenso;
mariposas, pájaros, insectos, flores son de este tono verde pacífico.
Mi viaje continúa, me dejo llevar donde la paz se viste de
azul, todo se vuelve de este color cielo, montaña, mar, horizonte y la
barca donde voy siendo llevada por esta luz azulosa, mis sueños se tornan celestes y mis realidades las tonalizo color zafiro,
todo mi mundo es azul, gratamente, cariñosamente azul.
No hay apuros, ni prisa contenida, me tomo todo el tiempo disponible, todo se
vuelve un esperanzador renacer.
Un ser lumínico viene
a mi encuentro, su rostro angelical y
facciones dulces, me atraen, a medida se acerca, noto está vestido de túnica
blanca, en sus manos trae un cayado, y en su cabeza un tocado en forma de piña.
Me abrazay en su cálido ceñir, reparo una
apacible armonía, me entrega su
mensaje, él está aquí para sanarme, todas mis células y pensamientos vibran. Ya
no me siento sola, por una eternidad estoy bajo su alero.
Mi ángel me deja su
regalo más preciado, una bolsa dorada, que yo puedo abrir cuantas veces sea necesario,
ahí está todo cuanto necesito de aquí en adelante. Mi ángel, queda complacido
de verme en su mundo espiritual
Me quedo ahí sentada con los brazos abiertos, dejando que
esta sensación no me abandone, contemplando ahora con los ojos muy abiertos, como
este ser desaparece lentamente dentro de un cielo transparente, inmaculado, dejándome una
gran paz interior.
Venero y doy las gracias
a mi Arcángel protector que nunca me abandona.
Patricia Araya
17092014
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